2015/05/25

Elecciones municipales y autonómicas: mi modesto análisis

Pues bien, ya tenemos los resultados de las elecciones autonómicas y municipales. ¿Qué lectura cabe hacer de ellas? Bien, lecturas cabe hacer muchas. Por ejemplo, Rajoy hace la suya, y creo que sigue sin enterarse de lo que está ocurriendo.

Yo creo que los electores, los ciudadanos, le están diciendo a gritos a los partidos en general, y al PP y al PSOE en particular, que una fase de nuestra vida democrática en la que les extendíamos cheques en blanco para que hiciesen con nuestros votos lo que le pareciese se ha acabado. Les están diciendo a gritos que el período en el que un voto era una declaración de confianza ciega se ha terminado. Que tienen que respetarnos más; que tienen que respetarnos mucho más. Que los ciudadanos quieren tener un control mucho más estrecho de lo que los políticos hacen, que quieren transparencia total de la gestión de lo público. Que quieren que sea realmente el interés general el que guíe sus actuaciones.

Y, ¿por qué se ha producido este aviso, que es casi un último aviso para los partidos de siempre, pero que es también una advertencia para los nuevos partidos? Porque los cuidadanos están hartos de dos cosas, con mayor o menor énfasis en cada una de ellas en función de la situación de cada uno y de su sensibilidad:

Hartos de que la salida de la crisis sea a costa de una aumento tremendo de la desigualdad en España. Unos porque padecen la desigualdad, otros porque nos parece un insulto intolerable a la dignidad de las personas, y un retroceso de décadas en los avances del modelo europeo de convivencia, no queremos que las políticas que no cuidan a los más fovorecidos continúen. Y no sólo es el PP. Según el informe de la OCDE sobre desigualdad, el periodo en el que ésta más aumento fue el 2007-2011, la segunda legislatura de Zapatero.

Hartos de la corrupción, y de ver una y otra vez cómo los poderosos han tomado lo público al asalto, pensando que era de su propiedad, y han robado una y otra vez. Corrupción que se ha convertido en sistémica en algunas zonas del poder político y económico: puertas giratorias, el PSOE en Andalucía, el PP en Madrid y Valencia... Y no sólo corrupción, también uso ilegítimo de lo público. La amiga Barberá se gasta 268.000 euros en cuatro años en comilonas y hoteles... y no sólo se presenta a las elecciones, sino que pretende ganarlas. Buena parte de la ciudadanía piensa que lo público se ha convertido en un gigantesco negocio, del que se han estado beneficiando algunos políticos y algunas tramas de intereses económicos, robándonos a todos los demás.

Rajoy habla de estabilidad. Y  no se da cuenta de que los ciudadanos lo que quieren es... cambio. Rajoy apenas habla de corrupción, como si el tema no fuese con él, como si su tesorero de muchos años, los tres presidentes de las diputaciones de la región valenciana (del PP), casi la mitad del grupo parlamentario del PP en Valencia, Jaume Matas, Francisco Granados, López Viejo, etc etc no tuviesen nada que ver con él.

Rajoy habla de la macroeconomía, y todos nos alegramos muchísimo de que las grandes cifras mejoren; yo, desde luego, me alegro muchísimo. Pero Rajoy no se da cuenta de que cuando traspasó las líneas rojas que dijo que nunca traspasaría, en sanidad, educación, en pensiones, quebró el pacto social en práctica desde los Pactos de la Moncloa en España: "todos a una", o "o todos o ninguno". La OCDE dice que los ricos en España han perdido el 1,3% de su renta cada año durante la crisis, mientras que los pobres han perdido el 13% cada año.

Creo que tiene razón Rivera cuando dice que más que el contenido material de las políticas (que también), lo que nunca va a ser igual va a ser la forma de hacer política. Los ciudadanos quieren recuperar el control. No creo que mayoritariamente quieran un proceso constituyente. La Constitución del 78 es básicamente estupenda. Necesita adaptaciones, pero no un cambio de raíz. Creo que los ciudadanos respetan mucho más las instituciones que lo que unos políticos creen (PP, CiU, PSOE) y otros desean (Podemos). Y si el PP y el PSOE no se dan cuenta de esto, acabarán por desaparecer.

Y por eso, porque el resultado me parece un gigantesco ejercicio de democracia y, a pesar del vértigo de ver a los amigos Iglesias/Errejón/Monedero exultantes, estoy muy contento.