2011/12/02

Lo cualitativo: la materia adopta un punto de vista (II)


¿Qué es tener un punto de vista, cómo se genera? ¿Qué hace diferente al ser humano del sensor fotosensible cuando ambos se colocan delante de Las Meninas? ¿Por qué un ordenador no tiene un punto de vista?

Kant tenía razón. Las neurociencias van añadiendo cada día más evidencia de que nuestros cerebros construyen la realidad, a partir de los datos que los sentidos le aportan y de estructuras de redes neuronales que, en parte ya están al nacer y, en parte, se van configurando con la maduración. El cerebro es un sistema cognitivo al que la evolución ha dado forma, preconfigurado, y que acaba de madurar con la experiencia. El ejemplo más sorprendente y conocido lo aporta el lenguaje, facultad para la que el ser humano está genéticamente preparado, y que se activa en contacto con el habla y la escritura. La hipótesis de la gramática generativa de Chomsky ha resultado ser cierta.

Cuando el cerebro recibe un estímulo, lo procesa en distintos niveles cerebrales. Uno de esos niveles cerebrales es el que aporta el punto de vista. A la realidad construida en el cerebro se le añade un punto de vista cuando al procesar la información que procede del entorno se añade una capa de inteligencia que busca responder a la pregunta “Y esto, ¿qué significa para mí?” 

Tener la capacidad de plantear esta pregunta supone que el cerebro, previamente, ha sido capaz de construir eso que llamamos “yo”. Es decir, en el ser humano, a diferencia de la práctica totalidad de los seres vivos, quizás con la excepción de algunos primates, los delfines y los elefantes, cuenta con un cerebro que ha generado estructuras neuronales autorreferentes, que toman como objeto no a los estímulos externos, sino a los propios procesos mentales… y eso es el “yo”.

Pero para poder responder a la pregunta de “Y esto, ¿qué significa para mí?”, el cerebro debe integrar el estímulo con toda las redes neuronales responsables de la memoria conceptual, experiencial y emocional. Y estas redes son lo que comúnmente se denomina sensibilidad. La sensibilidad sería algo así como la capacidad de discernimiento emocional; a mayor sensibilidad, mayor riqueza del punto de vista; mayor sensibilidad supone mayor memoria emocional.

Y, de ese modo, la aparición de la corteza cerebral, la hipertrofia del cerebro humano que, en el curso de la evolución, desde los primeros homínidos hasta nosotros, ha pasado de 450 a 1.450 gramos, ha generado el punto de vista.

Y con el punto de vista ha aparecido en el mundo lo “cualitativo”: lo bello, lo rojo, lo emocionante, lo melancólico, lo esperanzador, lo sutil, …

2 comentarios:

  1. Sin acritud, Lorenzo, y no pudiendo resistir lanzar un comentario materialista: ya sólo queda determinar si el punto de vista apareció en los 950 gramos o en los 1050 gramos, por decir algo.

    Un abrazo

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  2. Pues me parece que es un comentario absolutamente pertinente, porque el punto de vista es producto de la complejidad del cerebro y, a priori, deberñia haber una relación entre la complejidad y el peso. Por eso es muy posible que un cerebro de 450 gramos no sea capaz de generar un punto de vista, mientras que uno de 1050 gramos sí.

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