2011/10/18

La trascendencia está delante

Conforme al relato clásico de las religiones, la trascendencia está al principio. "En el principio era el verbo, y el verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros". Dios está antes que nosotros, nos precede, si no temporalmente, puesto que Él está fuera del tiempo, sí desde el punto de vista lógico o metafísico. Dios es, conforme a este relato, una condición de posibilidad del hombre. Así, la trascendencia estaba antes, detrás de nosotros, y nosotros tratamos de religar con esa trascendencia, creyendo que ya estaba, que nos implica.

Sin embargo hay otra forma de ver las cosas. En una de sus novelas, Saul Bellow escribe "la evolución es la historia de la materia haciéndose consciente de sí misma". Bellow nos da una pista. No hay nada detrás de nosotros. No somos creados. La materia se destila de la energía pura al enfriarse el Universo tras el Big Bang. La materia, en determinadas condiciones, se organiza en estructuras disipativas de energía. Algunas de estas estructuras se aislan del entorno, intercambian materia y energía con éste, se reproducen. Emerge la vida. La vida se va haciendo más y más compleja. Aparecen los organismos pluricelulares. Algunos de estos organismos se dotan de estructuras de control. Los animales se encefalizan. La vida va evolucionando en un contexto de escasez. El mejor adaptado al medio es el que sobrevive. Las mutaciones proporcionan el sustrato de variedad preciso. Algunos animales cuentan con estructuras cerebrales suficientemente complejas para que emerja el Yo y, con él, la conciencia. En cada uno de estos saltos es como si se iluminase una nueva habitación del edificio de la realidad. Kubrick lo cuenta con maestría poética en 2001. Cada aparición del monolito es un salto en el nivel de conciencia. Primero la inteligencia instrumental; después una percepción más allá del tiempo y del espacio.

Y el tercer salto es el de la trascendencia. El cerebro del humano accede a la belleza, al bien, a los números, a la geometría, a las leyes de la ciencia. El cerebro del humano ilumina no ya una habitación, sino todo un ala del edificio de la realidad. La trascendencia. Y en este caso, esa trascendencia ya no está detrás, ya no nos precede, sino que está delante, y es nuestra forma de "mirar" la que la ilumina. Nosotros nos convertimos, así, en la condición de posibilidad de la trascendencia.

7 comentarios:

  1. Muy interesante el post, Lorenzo

    Aunque habría que definir "trascendencia" para evitar que la discusión degenere en semántica, el problema es que, así propuesta, la trascendencia no dejaría de ser una especie de "comportamiento emergente", de "sub-producto complejo no esperado", de la propia evolución.

    Uno puede entender que el desarrollo de la inteligencia conlleva una ventaja competitiva (darwiniana), y que, probablemente, el desarrollo de la ética y la moral sean un mecanismo evolutivo que posibilite sociedades más complejas (ergo especializadas) y determinados comportamientos altruistas que pueden mejorar la especie (cuidado del débil, sacrificio altruista por la tribu, etc). De ahí surgiría la trascendencia como una especie de necesidad de "algo" que "justifique" ese comportamiento altruista que esperamos en nuestros congéneres pero que no sabemos explicar de forma racional.

    Si fuese así, la trascendencia no sería o bien una simple ficción colocada en nuestras cabezas para hacernos a todos más éticos (es decir, menos cortoplacistas y materialistas) para sostener sociedades complejas o bien simplemente un sub-producto de la evolución de una inteligencia cada vez más desarrollada que se va haciendo cada vez preguntas más profundas.

    Si la trascendencia “sólo está en nuestras cabecitas”, ¿es trascendente?

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  2. ¿Inventamos los números complejos, o los descubrimos? Si los descubrimos, ¿dónde estaban antes de que diéramos con ellos? Si existen con independencia de nosotros, de la materia, ¿no nos trascienden? ¿No podemos decir que, al descubrirlos, nuestra inteligencia ha llevado la luz a un campo de la realidad antes "a oscuras?

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  3. "Dios creó los números naturales, el resto es obra del hombre" - Leopold Kronecker

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  4. Dicho esto, no tengo clara la respuesta. Es claro que los ha inventado el hombre, pero también creo que otras inteligencias habrían llegado a la misma conclusión de forma independiente. La perfección del entramado matemático te lleva a ello.

    En "Contact" de Carl Sagan, los extraterrestres usan las matemáticas como lenguaje universal: primero transmitiendo una serie de números primos (que implican inteligencia), y luego, describiendo las matemáticas desde Euclides para poder construir una máquina para viaje interestelar.

    Aunque es una novela, tiendo a pensar que si existe una civilización tecnológica, tendrá unas matemáticas muy similares a las nuestras en lo esencial.

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  5. ¿De verdad crees que las matemáticas las inventamos? veamos; un buen día, un matemático italiano del siglo XVI decide que está harto de que no se pueda manjear la raíz cuadrada de -1; llama a esta magnitud i; y luego resulta que estas magnitudes tienen tal estructura de orden... que sirven de base para la descripción del mundo cuántico... mmm, no me cuadra...

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  6. "¿Es Dios un matemático?" de Mario Livio matemático y astrofísico trata exactamente de este tema (si las matemáticas son descubiertas inventadas, y de su relación con la trascendencia). Lo tengo en lista de espera de libros a leer.

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  7. Más que Dios ser un matemático, la pregunta que yo me hago es "¿Es Dios matemáticas?"

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