2014/06/05

Nacionalismo

El estado moderno que surge de la Ilustración es un espacio de derechos y obligaciones. Es un espacio de pactos. Nos ponemos de acuerdo en compartir el futuro sobre la base de una serie de derechos y obligaciones, que plasmamos en la constitución. Es un espacio de reglas y, desde este punto de vista, es tanto o más de formas que de contenidos, precisamente para que muchos contenidos distintos tengan cabida en él.

Para el nacionalismo, sin embargo, el estado es un espacio de "esencias". Somos catalanes. Somos vascos. Somos españoles. Y como somos "lo que somos", nos ponemos de acuerdo en compartir el futuro sobre la base de que "somos" lo mismo. Y por eso ponemos el énfasis en las cuestiones que refuerzan esa esencia: la lengua, la historia (que leeremos de una forma determinada), el espíritu de "ser como somos", las tradiciones, el localismo en la educación...

Por eso, por definición, el nacionalismo es excluyente. Y por eso, en potencia, el nacionalismo es totalitario. No digo que todos los nacionalismos sean iguales. Es obvio que Esquerra o el PNV no son el NSDAP. Pero llevan en sí el germen del totalitarismo. Y lo llevan porque simpre han estado (a la historia me remito), están y estarán en riesgo de que la esencia prime sobre el derecho. Y esa es una historia que ya sabemos como acaba.

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